viernes, 11 de octubre de 2019

SIN FILTRO

     Tengo un colaborador que es el que se encarga de hacer gestiones en la calle y  que anda recuperándose de un cáncer. No ha dejado de trabajar. Ha sido su decisión. Cuando tenía ganas de vomitar se iba al baño, vomitaba la puta/bendita químio y seguía. Dice que trabajar le daba vida, que en casa se le caían las paredes. Olé tu y tus bigotes. Yo no sé si a pesar de leer tanto sobre el positivismo, el bicho no me eclipsaría y engulliría mis ánimos.

      Desde que le detectaron el bicho, anda diciéndole a todo el que tiene a bien unos sonoros "TE QUIERO" que no sabes si comértelo a bocaos o salir corriendo por si es el principio de un brote psicótico. 


     Porque mostrar afectos es inusual, lamentablemente. 

     Aunque bien pensado, si te paras, llegas a la conclusión de que mi querido Pepe ya le ha pillado el punto a esto de vivir, y ya va sin filtro, diciendo lo que siente, sin tener en cuenta ni valorar, el qué dirán, lo que pensarán, si estará dicho o no en el momento adecuado y de forma o no oportuna.
      

      Y yo llevo un tiempo aprendiendo de Pepe, y de mi maravillosa Pepa, de quienes por desgracia han sabido poner orden y prioridades a sus vidas por el jodido bicho del cáncer, y yo les veo, les admiro, y pienso que no, que a mi no me va a hacer falta ningún bicho, que si algún día me llega, me llegará, pero que esto de querer mucho y bien, y expresarlo puedo aprenderlo solita.
     
 Y me he quitado los filtros. El del qué dirán o pensarán, el de lo que pueda pasar y el más incrustado en el ADN... el filtro del miedo.

      Me he quitado todos los filtros que tenía en el cariño, y voy a escape libre. Sí y haciendo todo el ruido que se tenga que hacer entre los "muacs" y los chupetones y los pellizcos y abrazos, muchos abrazos.

      Y la luz del sol es más luminosa, y el olor de la lluvia más intenso, y los ojos de mi perro más brillantes, desde que además he aprendido a diferenciar entre RESPONDER y REACCIONAR

      Que ya no me callo una. Y eso sienta muy bien. Como ir al baño después de un estreñimiento de días, pero en este caso lo que llevas restreñido es el alma, que se te llena de gases de ira y dolor de la rabia.

      Y cuando alguien dice algo o hace algo que consideras no es correcto, adecuado o te hiere ya no te conviertes en una hidra de seis cabezas premestrual lanzando exabruptos por la boca, que además de no desahogarte no te reconoces y luego te sientes mal. Ahora respiras y lanzas un dardo certero que te hace reconciliarte con tus capacidades y acaricia la autoestima.

      Eso en la parte menos amable de esto de vivir. Que hay mucho ser que exuda la mierda que no sabe gestionar y trata a los semejantes como el puchimbol de sus desgracias

      En la parte positiva, animas, adoras, abrazas, te comes a besos y repites hasta la saciedad lo mucho que quieres a quienes has tenido la suerte que estén en tu vida.

      Y en ello estamos. Con faldas pero sin filtro

      Otro día te cuento los "tips" que ha aprendido que igual a tí te valen