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Me da pudor contar lo mucho que he aprendido y crecido estos dos últimos años. Mi esfuerzo y mis lágrimas me ha costado y que doy por bien empleadas. Y si te lo cuento es porque espero, confío en que algo de mi experiencia te sirva, que igual no, pero si puedes aprender de mi experiencia sin necesitar bajar a los infiernos, o salir del mismo, pues doy por bien empleado este "estriptis"
El destino me dió con las puertas en las narices, un bofetón seco que aún retumba en mi cabeza. Nada grave. Ninguna pérdida que lamentar. No fue necesaria medicación, salvo un par de sesiones de terapia que pedí, porque otra cosa no, pero soy chica lista y ya aprendí hace tiempo a pedir socorro, a pedir ayuda para desenmarañar lo enmarañado que me tapa la luz. Gracias Celsa.
El destino, las circunstancias, la vida, Dios... no sé.... Quien sea que tiene a su cargo el negociado, el ministerio de la felicidad me redirigió a patadas al camino correcto. A volver a mí.
Palabras como la autoestima, quererse, valorarse... han sido palabrería que una intelectualmente entiende que es así y así debe ser, pero que no acabas de interiorizar porque la mirada la tienes vuelta en los demás, en lo cotidiano, y este punto de inflexión, este pensar que el amor todo lo puede y que basta con saber esperar paciente, se descubre como erróneo cuando la mirada está en el otro y no en una misma.
Vaya por delante que mi serendipia, mi descubrimiento, aunque me duela reconocerlo no fue por inteligencia sino por saturación, cuando la cabeza ante situaciones reiteradas y dolorosas, cuando la salud empieza a dar señales de alerta y oyes un "oh oh" en tu cabeza que te dice que algo hay que hacer, que por ahí, de seguir, fijo que te estampas....
He descubierto, ahora sí, el diálogo interno, a cuidarme como cuido a los demás, a quererme como quiero a los demás, a valorarme, a hablarme con el mismo cariño que hablo a los demás. Ya no me insulto, me hablo bien, me quiero, me entiendo y me perdono. He descubierto el poder de la sonrisa y los efectos que produce en la química del cerebro. He aprendido el poder de la gratitud. He aprendido a respirar cómo remedio para desacelerar. He aprendido a que cada cosa lleva su tiempo y hay un tiempo para cada cosa. A esperar y confiar.
He despertado en mi una voracidad por aprender y crecer, y el destino, la vida, la casualidad ha hecho que encuentre los maestros que estaba preparada para recibir, y de esto va esta entrada en el blog.
Ahora que tienes tiempo, que andamos encerrados por la alerta sanitaria, quiero compartirlo contigo, porque si algo he comprendido es que a mí la letra me entra con humor, con risas, no con sangre.
Ojalá te sirva y cómo a mí te permita aprender y crecer, siempre con una sonrisa. Te dejo unos hallazgos que te permitirán aprender mientras te arrancan una sonrisa, y en ocasiones la carcajada. No la reprimas. Que cuando haya que llorar también se llorará
En los enlaces tienes el acceso a los vídeos de youtube en la versión completa. Son largos. Sí. Yo me los pongo de fondo mientras voy haciendo según que cosas
La importancia del encuentro, del silencio, la química de la felicidad. Conferencia magistral del Dr. Mario Alonso Puig BIOLOGIA DEL SILENCIO
La importancia de la actitud, ya lo conoces, cómo no, Victor Kuppers EL VALOR DE LA ACTITUD
Y de postre, unas risas.....De Pilar Sordo, elijo dos, uno sobre las creencias absurdas PERSONAS TOXICAS y otro divertido sobre qué vemos las mujeres cuando nos vemos en el espejo, audio. TU QUÉ VES?